La medicina holística es una mirada integradora del proceso de salud y enfermedad que
contempla el origen mental y emocional en la interpretación del síntoma.
No es una especialidad en sí misma, es una filosofía de vida que se puede aplicar a cualquier
terapia. En este caso, aplicarlo a la Medicina, lo que suma es esta posibilidad de «mirarnos
desde afuera» para traer orden a nuestro accionar en todos los planos.
Desde este enfoque, el humano es considerado en su aspecto metafísico, como un ser en
desarrollo espiritual. La enfermedad aparece como una oportunidad de auto escucha.
El rol del médico holístico consiste en acompañar dicho proceso basándose en conceptos
fusionados entre las bases científicas y la espiritualidad, sin dogmatizar ni buscar
institucionalizar ambas disciplinas. Por el contrario, pretende acompañar en la búsqueda de la
propia verdad del consultante.
Muchas personas vienen a la consulta holística buscando mejorar su salud de forma más
abarcativa y amorosa. Generalmente buscan un cambio de hábitos que no logran implementar
en su cotidiano, como mejorar su alimentación o incorporar depuraciones o ayunos.
Si bien en la mayoría de las consultas se establece un plan de acción para incorporar estos
hábitos saludables, en ocasiones las consultas son meramente de la índole emocional y se
deriva y articula con disciplinas relacionadas como constelaciones familiares, biografía humana,
o bioneuroemoción.
En el caso de que se requiera implementar un nuevo hábito alimenticio para «ponerle el cuerpo»
al nuevo patrón conductual, se busca que sea siempre desde el autocuidado como el primer
escalón del amor propio y no como una «dieta» ni una imposición externa o jerárquica del rol
hegemónico de la terapéutica tradicional.
Hay personas que vienen a buscar trascender una molestia o disarmonía física, darle una
interpretación a un síntoma o a una enfermedad o pedir una mirada externa a un bloqueo
mental.
Durante una sesión de medicina holística, se sucede una escucha activa del síntoma. A través
del relato, la terapeuta busca encontrar el patrón de pensamiento heredado (de linajes
familiares o imposiciones sociales) que está bloqueando el crecimiento.
En todos los casos, nos tomamos el tiempo necesario para exponer el sistema de pensamiento
y desarrollar formas prácticas de entender y trascender nuestras limitaciones.
La medicina holística aparece como una alternativa al abordaje hegemónico y paternalista del
paradigma actual en terapéutica.
Por años, tanto la ciencia como la religión se apropiaron de saberes con fin de ser
institucionalizados. La medicina holística busca acompañar al consultante en la propia escucha,
confiando plenamente en su sabiduría interna y estimulando la conducta activa en su propio
proceso de sanación.
Este abordaje terapéutico se basa en una relación horizontal entre terapeuta y consultante. No
busca apropiaciones del saber, muy por el contrario, mezcla obligatoriamente la cualidad
terapéutica con la docente. La persona que busca una terapia holística debe tener una actitud de
aprendiz de su propio lenguaje sintomático.
Respecto del abordaje tradicional, la mirada holística busca evitar la relación de dependencia
entre terapeuta y consultante. La duración de la terapia es corta, en ocasiones las consultas
son únicas. Se fomenta por sobre todas las cosas, la independencia y la autogestión de quien
consulta.
Los procesos de sanación son profundos y movilizadores. La duración de los efectos
terapéuticos buscan ser permanentes. Si bien el crecimiento espiritual es infinito, el propósito
de esta terapia es acompañar únicamente en los momentos de crisis. En la medida en que
crece el proceso de autoescucha, las crisis de salud física, mental o emocional, comienzan a
espaciarse, e idealmente, hacerse innecesarias para el aprendizaje.
Pedir ayuda en tiempos de crisis es fundamental para la estabilidad que todos buscamos.
Tomarnos el tiempo que la salud pide, es un acto de inteligencia. Acompañados es más fácil.