El mágico mundo de los fermentos!
A lo largo de la historia las culturas elaboraron fermentos para conservar y almacenar alimentos. En estos procesos simples, el hombre solo crea un entorno propicio y espera a que la magia ocurra! Las encargadas del proceso son las colonias de bacterias (probióticos) que en esa danza se multiplican, modifican los nutrientes (los vuelven mas fáciles de asimilar), cambian los sabores, las texturas y crean una verdadera «alquimia».
Como estamos hablando de alimentos vivos es difícil llevarlos a una producción masiva y por eso la industrialización los desplazó o los sometió a procesos como la pasteurización eliminando toda la riqueza bacteriana.
Las bacterias benéficas que en ellos se desarrollan son indispensables para nuestra salud, encargadas de participar en el proceso de digestión, absorción de nutrientes y defensas contra otros organismos patógenos. De ahí la importancia de recuperar estas prácticas en torno a lo artesanal.
Fermentar es fácil y una actividad apta para hacer en grupo, con tu familia, amigos, para regalar, llevar para compartir, multiplicar!
Ingredientes
- Repollo blanco y/o morado
- Sal marina o de montaña
- Especias a gusto!
- Verduras opcionales: zanahoria, remolacha, rabanitos, coliflor, brócoli, nabo…
Preparación
1.Separar un par de hojas de repollo enteras y reservar. Cortar el repollo bien finito (te podes ayudar de la mandolina).
2. Agregar la sal (proporción aproximada del 2% sobre el total de peso de verduras, una cucharada de sal pesa aprox. 15 g).
3. Masajear con las dos manos hasta que largue «jugo» (aprox. unos 10 min).
4. Colocar en un frasco apretando bien la preparación evitando que queden burbujas de aire) y para que quede «sumergida» en su propio jugo.
5. Colocar el «tapón» hecho con las hojas que reservamos.
Tenemos dos opciones:
- Apretar bien el tapón de hojas, colocar un separador y cerrar el frasco con su tapa (se recomienda dejarlo sobre una bandeja porque suele soltar líquido en el proceso de fermentación).
- Colocar un frasco (con agua u otro peso) que entre en la boca del frasco más grande donde envasamos la preparación. De manera que haga «peso» para que el chucrut quede sumergido.
6. Tapar con un lienzo y una liguita para evitar el ingreso de insectos.
7. Dejar fermentar por 7 días mínimo a temperatura ambiente (entre 18 y 23 grados). Una vez listo guardar en la heladera y consumir a gusto!
Importante
Utilizar recipientes de vidrio para fermentar y cucharas de madera.
No usar elementos metálicos ya que se podrían corroer durante el proceso y contaminar la preparación.
Les aviso que este mundo apasiona!
